“Nuestras vidas son la fragancia de Cristo que sube hasta Dios, pero esta fragancia se percibe de una manera diferente por los que se salvan y los que se pierden.”
2° Corintios 2:15 NTV
A Camila le gusta mucho ir a la habitación de su mamá y juntas probarse los distintos perfumes que tiene guardados. Los hay con aromas de flores como rosas o jazmines, otros con olores diferentes, muy fuertes o más suavecitos.
La mamá le mostró la diferencia entre los distintos perfumes, los de mujer y los de su papá que tienen otra fragancia totalmente distinta. Además le contó que según el tipo de piel los perfumes huelen de una manera diferente a como se huelen en el frasco.
¡A Cami le encanta oler la habitación llena de aromas mezclados cuando terminan de probarse y experimentar con los distintos frasquitos!
Tomy está en segundo grado. A él no le interesan tanto estas cuestiones, pero le sucede algo extraño cuando aparece su maestra que huele a aroma de bebé. Es que la seño Sandra tiene un bebé de ocho meses, y queda impregnada del olorcito a su colonia, óleo calcáreo, y pañales, cada vez que lo cambia, es como si trajera la habitación de su bebito al aula.
Nosotros tenemos, como amigos de Jesús, un perfume especial que como dice el versículo inicial sube hasta Dios. Es una fragancia única.
Dios reconoce ese aroma desde el cielo, un perfume que es tuyo nada más y que Jesús huele cada vez que lo adorás. Eso sucede cuando le cantás y oras y así estás conectado a Él a través de tu amistad.
Es como lo que pasó cuando Jesús estaba comiendo con unos amigos y una mujer llevó un frasco de perfume muuuuy caro, lo quebró, y de rodillas le lavó los pies. Dice la Biblia que toda esa casa se llenó de ese hermoso perfume, y todos los que estaban también pudieron olerlo y disfrutarlo.
Por eso, cuando lo adorás, hay como aroma de adoración que también lo huelen las personas que te rodean, como la seño de Tomy, que todos pueden sentir el olor de su bebé aunque no vaya a la clase. Porque la seño de tanto pasar tiempo con su bebe tiene impregnado su perfume en la ropa y en la piel.
Quizás algunos nenes en el aula no le prestaron atención, pero Tomy reconoció ese olor rápidamente porque tiene un hermanito menor que huele igual.
Cuando somos amigos de Jesús, Él nos da como un perfume especial, cuando compartimos tiempo con Él, hablándole, leyendo La Biblia y conociéndolo más somos más felices y nuestra vida parece que tuviera un aroma hermoso.
Quizás para algunos pase desapercibido, y no se den cuenta de esto, pero los que aman a Dios se dan cuenta.
¿Y a vos? ¿Qué perfume te gustaría ser? ¡Hay tantos!
¡Sos como los perfumes más lindos cuando estás en compañía de Aquel que inventó todas las fragancias del mundo!
Para hacer juntos:
Hoy como familia de La Casa del Padre les proponemos algo especial. Tomemos un tiempito para interceder por todas aquellas parejas que desean tener un bebito en su casa, tener olorcito a bebé y no pueden. Pidámosle a Dios TODOPODEROSO que Él pueda concederles ese regalo.
Busquen fotos de cuando eras bebé y agradezcan con esta canción de Pekes todo lo que creciste junto a tu familia y a Jesús.