Un cortejo muy especial

Ésta es la historia de cómo empezaron a anunciarse las buenas noticias acerca de Jesús, que es el Hijo de Dios y el Mesías.  Todo comenzó como Dios lo había anunciado por medio del profeta Isaías: Yo envío a mi mensajero delante de ti, y él va a preparar todo para tu llegada. Alguien grita en el desierto: “¡Prepárenle el camino a nuestro Dios!¡Ábranle paso!¡Que no encuentre estorbos!”»

Por esos días, Juan el Bautista apareció en el desierto. Se vestía con ropa hecha de pelo de camello y usaba un taparrabos de cuero. Comía saltamontes y miel silvestre.

Juan le decía a la gente: «¡Bautícense y demuestren que ya no quieren hacer lo malo!

Marcos 1: 1-8

 

¿Alguna fuiste a un casamiento? Yo fui muchas veces, y una de las cosas que más me gustaron fué que antes de llegar la novia entran chicos y chicas con vestidos muy bonitos o trajes y moños re lindos. Ellos van arrojando pétalos de flores por toda la alfombra donde después pasaran los novios. Se los llama “cortejo” y lo que en realidad hacen es “preparar el camino”. Ellos llegan primero, perfuman el lugar con esas flores que arrojan avisándole a todos que la novia ya está lista para llegar.

 

Algo parecido paso con Jesús. Nació con un propósito, Tenía una misión muy importante que cumplir, y por eso se preparó desde muy chiquito como aprendimos las semanas pasadas… Pero algo muy especial fué que antes de empezar a enseñar, sanar a los enfermos y tener discípulos… ¡también tuvo un cortejo!

 

¡Había alguien muy especial… y era su primo Juan! Le decían “el bautista” porque bautizaba a todos los que lo escuchaban hablar de Dios, esto es sumergirlas en el agua,

y se arrepentían de todo lo malo que hacían, y dejar de hacerlas e intentar no hacerlas más.

Así cuando alguien era bautizado demostraba el arrepentimiento que ya habían experimentado.

 

¡La Biblia nos dice que Juan preparo el camino de Jesús! Pero no arrojando flores, sino hablando de Él y lo que iba a hacer.

Algunas personas que lo escuchaban hablar le preguntaban: ¿pero no sos vos el Hijo de Dios? Y él les explicaba que el solo les enseñaba sobre Jesús, que él sólo estaba preparando el camino.

 

El trabajo de Juan me hizo pensar que…  yo también tengo que arrepentirme. Todos tenemos que arrepentirnos de las cosas que hacemos, pensamos y queremos y no son buenas, y después cambiar.

¡A mí algunas me resultan un poco más fáciles y otras me cuestan mucho más!

Mentir, pelear todo el tiempo, contestarle mal a los demás, decir muuuuchas groserías, son cosas que parecen no ser muy malas y que podemos hacer sin tener ninguna consecuencia.

Yo pensé hasta que me día cuenta qué cosas tengo que cambiar y arrepentirme, como enseñó Juan el Bautista y le pedía ayuda a Jesús para hacerlo.

¡Qué bueno que podemos contar con Jesús para cambiar lo que nos cuesta!

Hoy con la ayuda de alguien con quien tenés mucha confianza, podés orar y pedirle a Él que te ayude a cambiar lo que no está bueno y así también ser cortejo de Jesús hablándole a tus amigos de Él.

 

Hasta el próximo devocional