Un tiempo para cada cosa

“En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud. Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo. “       

Mateo 14:22-23 RVC

Despues que Jesús pasaba mucho tiempo con sus amigos y con otras personas, se apartaba y buscaba un lugar tranquilo para tener un momento a solas y conversar con su Padre Dios, es decir, oraba.

Nos cuenta la Biblia que uno de esos días, les dijo a sus discípulos que se suban a su lancha y lo esperen del otro lado del lago.

Sin tener agenda Jesús organizaba muy bien sus tiempos, porque despidió a toda la multitud.

Es como cuando querés saludar a un famoso, ya sea un futbolista o un cantante y muchas veces los guardaespaldas no te dejan acercarte a él.

Jesús como era muy famosos por todas las cosas buenas que hacía, todo el pueblo quería despedirse de Jesús. Así que lo abrazaron y se despidieron de él. No quedo nadie sin darle un abrazo o un beso, después de todo ese tiempo se pudo ir solo a orar.

Como te dije antes, tenia muy bien organizada su agenda, sabía lo que tenía que hacer cada día, por eso siempre buscaba el momento para conversar con Dios a solas. 

Nunca dejo de ayudar o otros, hacer milagros, visitar a sus amigos, alentarlos a tener fe… se ocupaba de todo y ni un detalle se le escapaba.

Todos los días tenemos muchas actividades, el cole, el club, cumples de algún familiar o un amigo, un partido de futbol, la juntada de amigos, las actividades de la iglesia, ayudar a otros…. Muchas actividades. Pero hoy quiero preguntarte: ¿Tenés un tiempo a solas con Jesús? 

Si nunca tuviste un tiempo así con el mejor de los amigos, te animo a empezar tu rutina de oración, así como esta todo organizado con horario y fecha para todas tus actividades, que ese tiempo también este en tu lista. 

No necesitas un rato muy largo, ni viajar en colectivo o barco para encontrarlo, sólo con tener un rato pensando en su amor, sin que nada te distraiga y comenzá a hablarle, como lo haces con tus amigos.

Eso mismo hacía Jesús, cada día tenía un momento especial con Dios.

No se olvidaba de nada, hacia de todo y respondía a todas las preguntas, pero a la tardecita…  se despedía de todos y se iba para estar a solas con Dios.

Te propongo probar de hacer lo mismo una semana. No empieces mañana, hacelo hoy… ahora. Sin dejar todo lo demás. Eso se llama equilibrio.