Cuando Jesús salió de allí, dos ciegos lo siguieron y comenzaron a gritarle: —¡Jesús, tú que eres el Mesías, ten compasión de nosotros! Los ciegos siguieron a Jesús hasta la casa. Y cuando ya estaban adentro, Jesús les preguntó: —¿Creen ustedes que puedo sanarlos?
Ellos respondieron: —Sí, Señor; lo creemos. Entonces Jesús les tocó los ojos y dijo: —Por haber confiado en mí, serán sanados. De inmediato, los ciegos pudieron volver a ver.
Mateo 9: 27- 3 TLA

En la historia de los dos ciegos dice que ellos sabían lo que querían, pero igual Jesús le preguntó algo.
Es re genial saber que Jesús conoce todas nuestras necesidades, pero muchas veces estamos tan pero tan distraídos que somos nosotros los que no sabemos lo que queremos. Pero Jesús nos conoce tanto que, para ayudarnos nos hace preguntas claves, como la que les hizo a lo ciegos. Entonces parece que nos resetea y nos hace pensar mejor lo que queremos.

Si estamos enfermos es obvio que queremos ser sanados, si estamos tristes ser consolados, si estamos solos estar acompañados, si tenemos hambre tener comida. Jesús puede hacer todo eso, pero nosotros… ¿estamos seguros que Él lo va a hacer?
Los ciegos sí estaban re seguros que Jesús los iba a sanar.

Vos y yo leemos, hablamos, cantamos que Jesús tiene poder, pero cuando tenemos esos días en los que estamos tristes, enojados, aburridos … días en los que nos estamos a full… ¿no te pasa que no estás tan segura, seguro, que Él puede cambiar tu día?
En esta historia los ciegos reconocieron a Jesús, le pidieron compasión y tuvieron fe, yo creo que los ciegos no esperaban esa pregunta, de hecho, me parece que esperaban que Jesús de una los cure.

Pensalo bien… si le pedís a Jesús algo muy pero muy importante, que ninguna persona te lo puede hacer o dar, eso que resultaría imposible para otros y Jesús, como hizo con los ciegos, te pregunta: ¿Crees que lo puedo hacer?

Cuando oras ¿cómo lo haces? ¿Sabiendo que es el Todopoderoso? ¿Le crees?

Siempre tenemos una oportunidad para estar más cerca de Jesús, de conocer su amor que no tiene fin. No te olvides que cada día Jesús no te deja solo/a. Contamos siempre con los pastores, líderes, maestros, ellos nos van ayudar en la oración para que nuestra fe sea al menos como un pequeño granito de mostaza.

Y si alguien te pregunta ¿CREES QUE JESÚS PUEDE AYUDARTE?
Que tu respuesta en vos alta sea: SÍ LO CREO
Jesús… YO SE QUE VO PODÉS