¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!

Cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos,  diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos.

Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, manso, y sentado sobre una asna, sobre un pollino, hijo de animal de carga. Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó; y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es éste?  Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.

 Mateo 21:1 -11

Las hojas de palma eran un símbolo judío de triunfo y victoria, y en el cercano oriente era costumbre cubrir el camino de alguien que se consideraba digno del más alto honor. 

El primer día tomarán ramas con frutos de los mejores árboles, es decir, ramas de palmeras, de árboles frondosos, y de sauces de los arroyos, y durante siete días harán fiesta en mi presencia.

Levítico 23:40 RVC

…”Así ha dicho el Señor: Yo te he ungido para que reines sobre Israel” Entonces todos ellos tomaron de prisa su manto, y lo pusieron en un trono alto, debajo de Jehú; luego tocaron la trompeta y gritaron: “Jehú es rey”

2 Reyes 9:12b y 13 RVC

El Maestro les dio instrucciones a los discípulos para que  desataran a una asna con la cual posteriormente entró triunfante a Jerusalén, cumpliendo así la profecía que Zacarías había dado miles de años antes

Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.

Zacarías 9:9

¡Qué extraordinario!, ¡Qué tremendo momento vivieron los judíos viendo entrar al Señor como Rey a la ciudad principal! La gente sencilla del pueblo lo recibió con alegría y con todos los honores. Sin saberlo estaban presenciando una vez más el cumplimiento de lo anunciado por los profetas.

he aquí tu rey vendrá a ti,

Muchas veces a lo largo de la historia bíblica hubo hombres que anunciaron distintas profecías sobre el libertador que había de venir. Los religiosos de su tiempo conocían estas Escrituras, sin embargo nunca creyeron que Jesús era el rey prometido, Ellos esperaban a alguien que los liberara de la tiranía de Roma, sin embargo Jesús entró humildemente en Jerusalén pasando entre la multitud que lo aclamaba. Pocos días después realizaría el sacrificio más grande en favor de toda la humanidad,  dar su vida en una cruz para salvarnos del pecado y de la muerte.

Hoy te proponemos que pienses cuáles son tus “palmas” con las cuales podés cubrir el camino para darle la bienvenida al Rey. Que tu día se inunde de adoración al que es digno del más alto lugar.