y él te concederá los deseos de tu corazón.
Salmo 37.4
En el camino que los que salieron de la esclavitud de Egipto hicieron hacia la Tierra prometida Jehova dice:
«Anda, vete ya de aquí, con el pueblo que sacaste de Egipto, y llévalos a la tierra que prometí darles a Abrahán, Isaac y Jacob, cuando dije: “Se la daré a tu descendencia.” 2 Yo enviaré un ángel para que vaya delante de ti, y expulsaré a los cananeos y a los amorreos, a los hititas y a los ferezeos, y a los jivitas y jebuseos. 3 Esa tierra fluye leche y miel. Pero yo no iré contigo, porque eres un pueblo de dura cerviz y bien podría yo consumirte en el camino.»
Éxodo 33:1 al 5
“Lo que el Señor les decía es, lo que prometí a tus antepasados lo voy a cumplir porque soy Dios, no soy hombre para mentir. Entonces la promesa de Dios se mantuvo firme, a pesar del pueblo, se mantiene firme a pesar de nosotros, a pesar de nuestras decisiones. A pesar de que seamos “tercos”. El Señor permanece.
En el relato encontramos que Dios se encarga de todos los obstáculos que pueden aparecer, su palabra, insisto, no cambia. Sin embargo, lo peor que nos puede pasar es transitar la vida que tenemos por delante sin disfrutar de Su Presencia.
Aun cuando en los actos de nuestras vidas nos vaya bien. Aun cuando el Señor cumpla su promesa en nosotros y en las generaciones que siguen. Nos vamos a estar perdiendo de la bendición de tener una relación con Dios.”
Pastor Cristian Centeno 2021
El placer de disfrutar de la paternidad de Dios en el camino, de saber de su amistad, percibir su abrazo, de reconocerlo como el que lo llena todo en todo. Más que contar con su presencia, que su presencia sea nuestro hogar.
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