Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy a donde está el Padre.

Juan 14: 12 DHH

 

Si nosotros hemos creído en Jesús y en la comisión que nos ha dado. Él mismo hablo de las señales que nos seguirán. Ante esto podemos preguntarnos:

¿Qué pasa que estas señales a veces no nos siguen?

¿Qué sucede que parece que no hay respuesta del cielo ante las situaciones, por ejemplo de enfermedad, cuando en realidad Él lo ha prometido?

 

Evidentemente, la premisa es que separados del Señor nada podemos hacer. Quizás este es un tiempo de volver. En este tiempo hemos luchado por no estancarnos y la invitación es que todos juntos podamos despertar a experimentar una nueva dimensión que Dios tiene para nosotros. Poder ver el poder de su gloria manifestado en la vida de la iglesia y gozarnos comprobando una vez más que el Señor sigue siendo el mismo y sigue vigente, no se quedó dormido en la pandemia, sino que quiere seguir obrando a través de su iglesia.

 

Jesucristo no hizo absolutamente nada en la tierra de lo que Su Padre no le hubiese indicado y nosotros no podemos hacer absolutamente nada si en realidad no estamos en comunión con el Señor.

Pastor Milton Cariaga

 

Los cristianos del primer tiempo experimentaron como algo normal las señales y la manifestación de los milagros acompañando el mensaje del Evangelio. El libro de Los Hechos da cuenta de esas señales sobrenaturales como la sanidad del cojo que Pedro y Juan realizaron en la puerta La Hermosa, la curación de Eneas, la resurrección de Dorcas, la liberación de la esclava con espíritu de adivinación, entre otros milagros. Esto ocasionó que los apóstoles y los creyentes fueran perseguidos y los llevaran presos. Y en cada oportunidad que los liberaran fueran amenazados previamente para que no predicaran en el nombre de Jesús ni compartieran esas experiencias con sus hermanos creyentes. Así la oración que unía a la iglesia era:

 

 Ahora, Señor, escucha sus amenazas y ayúdanos a nosotros que somos tus siervos a anunciar tu mensaje con valentía.  Al mismo tiempo, extiende tu mano para sanar a los enfermos y realizar señales milagrosas por el poder de tu santo siervo Jesús. Cuando los creyentes terminaron de orar, el lugar donde estaban reunidos tembló. Fueron llenos todos del Espíritu Santo y siguieron anunciando valientemente el mensaje de Dios.

Hechos 4: 29-31 PDT

(Énfasis del autor)

 

El Señor no ha cambiado de parecer, su deseo sigue siendo mostrar Su poder y obra redentora a través de sus hijos, personas comunes, que permanecen unidos a Él y habilitan señales y milagros confirmando el mensaje del evangelio.

Hoy es tiempo oportuno para hacer nuestra la oración de los creyentes del libro de los Hechos. Por eso te proponemos que la compartas con tu grupo de red, tus líderes, amigos y hermanos de la iglesia y termines esta semana unido/a en un mismo clamor.

¡Pidamos y reclamemos esas obras sobrenaturales, es en la unidad … porque si somos uno el mundo cree!

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